Cuándo debemos preocuparnos por un caso
de fimosis y consultar con el Cirujano Pedíatra.
Muchas
madres con hijos varones se han planteado alguna vez estas pregunta. La primera inquietud, es si su hijo tiene fimosis. La siguiente, es si necesitaría una cirugía para corregir el problema.
Respondemos aquí algunas de estas interrogantes:
Respondemos aquí algunas de estas interrogantes:
¿Qué es la fimosis?
Es la dificultad para la retracción del prepucio (piel que
recubre el glande) condicionado por una estreches
del mismo, que puede ser puntiforme o en forma de anillo, en ambos casos dificultan la retracción del prepucio provocando grandes dificultades para descubrir el glande.
El 95% de los niños nacen así y éste tiende a separarse gradualmente. Es
importante que se logre retraer el prepucio a una edad adecuada, de lo contrario, la higiene no sería la correcta y podría dar lugar a más
complicaciones, como infecciones del tracto urinario y/o
afección balanoprepucial.
Sólo es fimosis si el prepucio está fuertemente
adherido y no permite su retracción. Si desciende ligeramente y no hay presión
de la piel, no existe fimosis, en este caso podría tratarse de adherencia
balanoprepucial por lo que no sería necesario cirugía para su corrección.
Cuándo operar al niño de fimosis
El
pediatra será el que determine si el niño a evolucionado de forma correcta. De detectar algún problema, le derivará al
Cirujano Pedíatra o Urólogo Infantil. Estos serán los encargados según sea el caso
de valorar si es conveniente la cirugía, que suele ser entre los 2 y 4 años de edad.
Cuando el problema persiste, y excite dificultad para la
micción, infecciones recurrentes del tracto urinario o riesgo de para-fimosis (el prepucio, una vez retraído, no
vuelve a su posición inicial). La
cirugía seria la opción terapéutica recomendada.
Si te han dicho que tienen que operar a tu hijo de fimosis, no
te alarmes. Se
trata de una intervención quirúrgica de baja complejidad y dura unos minutos. No duele, pero sí
le quedará una molestia en los días siguientes, sobre todo a la hora de miccionar.
Recuerda que no siempre se necesita Cirugía
La mayoría de las veces no hace falta operar debido a que suele
tratarse de adherencia balanoprepuciales. Lo más normal es que
el Pediatra o el Cirujano Pediatra te indiquen una crema
o ungüento con corticoides que
ayuda a separar el prepucio. Luego bastará con una leve retracción. Ésta la
efectúa o bien el Pediatra o el
Cirujano Pediatra. Esto funciona en más del 80% de los casos.
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